Revolución textil en la Uniformidad: de la resistencia a la sostenibilidad

El sector textil de la uniformidad ha sido testigo de una larga historia marcada por la relación resistencia-precio, dejando de lado la calidad -precio. Esta relación entre resistencia y precio ha sido la piedra angular en las decisiones de compra de las empresas, dejando en segundo plano la durabilidad y la calidad real de las prendas. La obligación de proveer uniformes a los trabajadores de forma periódica, ya sea anual o por temporada según los convenios laborales, ha sido un factor determinante en la toma de decisiones de las empresas, priorizando el precio de las prendas sobre la calidad y la longevidad de las prendas.

El sector textil de la uniformidad ha sido testigo de una larga historia marcada por la relación resistencia-precio, dejando de lado la calidad -precio. Esta relación entre resistencia y precio ha sido la piedra angular en las decisiones de compra de las empresas, dejando en segundo plano la durabilidad y la calidad real de las prendas. La obligación de proveer uniformes a los trabajadores de forma periódica, ya sea anual o por temporada según los convenios laborales, ha sido un factor determinante en la toma de decisiones de las empresas, priorizando el precio de las prendas sobre la calidad y la longevidad de las prendas.

En los países del norte de Europa es el trabajador quien compra y paga su uniforme designado por la empresa. Por eso, se da más importancia a la calidad del tejido, la confección, el patronaje, la durabilidad y resistencia. Pero, sobre todo, se tiene en cuenta el confort. Al ser el comprador el que paga la uniformidad, en su elección siempre prioriza estas cualidades antes que el precio. Este enfoque ha resultado en prendas más técnicas e innovadoras, con tejidos transpirables y altamente resistentes.

Por contra, en España, las prendas han sido más minimalistas, con un enfoque económico que a menudo sacrifica la calidad. No obstante, en los últimos años, el mercado ha ido cambiando y se han introducido prendas con tejidos más transpirables, elásticos, y más cómodos, por una pequeña diferencia de precio.

Y es que a medida que crece la conciencia sobre la sostenibilidad en la industria textil, han surgido tejidos con algodón orgánico y poliéster reciclado. Aunque inicialmente estos tejidos eran básicos y menos cómodos, los avances recientes ofrecen opciones más atractivas y accesibles.

La inminente legislación europea o española que podría exigir la incorporación de fibras naturales orgánicas o fibras artificiales recicladas ha impulsado el desarrollo de tejidos más sostenibles, transpirables y duraderos a precios competitivos. Esta evolución permitirá una transición más fluida hacia la adopción de materiales más respetuosos con el medio ambiente en el mercado de la uniformidad.

Además, las innovaciones tecnológicas han llevado a la creación de tejidos con hilos provenientes de plásticos recogidos del mar, cumpliendo con las demandas de comodidad de los usuarios. Ahora, más que nunca, las empresas compradoras de uniformes empiezan a valorar estas propuestas sostenibles. Con la posibilidad de que en el futuro sea obligatorio adoptar este tipo de tejidos, los pioneros que abracen la circularidad se posicionarán como líderes en la industria. Es el momento de valorar no solo la resistencia, sino también la sostenibilidad en la elección de uniformes, allanando el camino hacia un futuro más responsable y consciente.