My Uniform, circular y sostenible

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My Uniform, circular y sostenible

Somos circulares y sostenibles. Y queremos seguir caminando en ese complicado pero apasionante camino en los próximos años. Basta ver nuestro logo: esférico, integrador, que aúna todo el proceso de gestión de la uniformidad y de la circularidad. Personalmente no son principios con los que me sienta lejana, o que intente integrar en mi vida laboral… ¡ni mucho menos! Forman parte de mi persona y de la manera en la que entiendo el mundo.

Somos circulares y sostenibles. Y queremos seguir caminando en ese complicado pero apasionante camino en los próximos años. Basta ver nuestro logo: esférico, integrador, que aúna todo el proceso de gestión de la uniformidad y de la circularidad. Personalmente no son principios con los que me sienta lejana, o que intente integrar en mi vida laboral… ¡ni mucho menos! Forman parte de mi persona y de la manera en la que entiendo el mundo.

Pero, ¿qué es el modelo circular? Es una filosofía que no se basa en usar y tirar productos, que está convencida de que se les puede dar múltiples vidas y que implica a toda la comunidad para poder frenar el desastre global que ya estamos viviendo.

Desde la empresa que lidero, intento que esto no se quede únicamente en palabras y comenzamos a dar pasos en este cambio de paradigma. Por supuesto, debe tratarse de un cambio sistémico que afecte a toda la cadena de valor para así conseguir unos resultados visibles. Para ello, las compañías deben tener un enfoque más disruptivo y colaborativo, en el que se comprenda que todos vamos en la misma dirección.

 

Pero la ciudadanía, el mercado tienen un gran papel en todo este proceso. Permitidme que os cuente una anécdota personal. Hace unos 6 años, en 2017, llegó un fabricante con ropa casual, de buena calidad y bonitos colores que unía valores de comercio justo con fabricación sostenible. Me entusiasmó la idea. Pero el mercado de la ropa laboral no estaba maduro para acoger alternativas. No se demandaban y los clientes no lo veían como ventaja. Solo veían un coste más alto. ¿Nos rendimos? Ni mucho menos. Seguimos trabajando en este aspecto y, por fin hace un año empezaron a aparecer los primeros clientes que se interesaban en prendas confeccionadas con tejidos reciclados.

 

No me escondo: Lo sentí como un triunfo personal y de mi maravilloso equipo. Porque My Uniform creía en este valor, y es más fácil impulsar cambios cuando crees profundamente en ello, cuando la motivación es intrínseca y no es cuestión de limpiar conciencias o dejarse llevar por la tendencia del sector.

Una carrera de obstáculos

No os aburriré con estadísticas que podéis encontrar en cualquier blog especializado. Solo os recordaré que a emisión de CO2 a la atmósfera por parte de a industria de ropa y calzado supone el 10% de las emisiones globales, superiores a las que provocan los vuelos de todos los aviones y los envíos marítimos internacionales juntos. Y todavía más: Según datos de la Comisión Europea, la producción mundial de textiles se duplicó entre 2000 y 2015 y se espera un incremento hasta el 2030 de un 63%. Es decir, pasaremos de cifras de producción de los 62 millones actuales a 102 millones.

Y no son pocos los retos a los que nos enfrentamos: El ecosistema textil está compuesto en un gran porcentaje por PYMES, lo que limita la capacidad de inversión, capacitación laboral y acceso a fondos comunitarios. Si le añadimos la falta de regulación y estandarización de materiales reciclados o gestión de residuos y la falta de ambición de las administraciones publicas por liderar las iniciativas europeas de circularidad, nos encontramos ante una verdadera carrera de obstáculos.

Etapas

Una vez superada la etapa 1 de sensibilización, nos encontramos inmersos en la fase de compromiso. Y, cómo no, estamos contemplando todos los departamentos de la empresa y midiendo la consecución de los objetivos propuestos:

 

1.     Recursos renovables y optimización: eco-diseño de prendas (nada sencillo), selección de cadena de suministro para minimizar impacto, etiquetas ecológicas, sustitución de sustancias peligrosas en productos textiles, búsqueda de textiles reciclados tanto de plástico terrestre como recogido de los océanos…

2.     Recuperación de residuos post-consumo, tanto de los uniformes utilizados como de sus embalajes.

3.     Extensión de a vida útil a través de servicios de reparación y reforma y mejora de la calidad de los textiles.

4.     Plataformas de uso compartido: plataforma tecnológica compartida para uso de segunda mando de las prendas en buen estado.

5.     Producto como servicio: renting textil, alquiler de prendas con gran rotación y poco uso.

¿Y ahora qué? Nos acercamos a la etapa 3 (impulso) y 4 (aceleración), con acciones colectivas del sector y globales teniendo en cuenta toda la cadena de suministro.

El año 2022 ha sido un año de formación e investigación y así lo hemos ido comunicando en redes sociales y a nuestros clientes, pero creemos que el 2023 será el año de aplicación y así lo iremos difundiendo también. Parte de este cambio interno se ha visualizado gracias a nuestra nueva marca My Uniform, bajo el hashtag: myuniformchangesmyworld.

Sabemos que nos enfrentamos a un gigante, pero vamos caminando con paso firme. Nuestros clientes han empezado a demandar algún producto fabricado con tejido reciclado este año, pero pocos se han aventurado a apostar por él. Hemos visto que únicamente se solicita desde grandes compañías, con planes estratégicos en circularidad. En nuestro caso, está avanzando rápidamente el sector, pero será todavía más complicado que en la moda pura, por la enorme rotación de trabajadores y por la obligatoriedad de la empresa de abastecer de uniformidad cada temporada/anualidad por convenio colectivo. ¿Por qué no cambiar dichos convenios para que se prime la calidad y la durabilidad de las prendas a lo lago de los años? ¿Por qué no soñar con estrategias de reutilización de las prendas dentro de la empresa? Sí, deberá realizarse una gran inversión pública, pero son sueños al alcance de la mano.

Mis compromisos

Podría haber titulado este apartado como “deseos”, pero no. A medio plazo, me gustaría mirar hacia atrás y haber liderado el cambio hacia un consumo de la uniformidad más sostenible y consciente. Que en 5 años el 80% de los productos que vendamos cumplan con esos requisitos y se haya conseguido cerrar el círculo. Y, a largo plazo, veo el sector mucho más centrado en el alquiler y reutilización, que en la compra-venta de ropa.

Pero, sobre todo, mi objetivo, hacia el que camina todo el equipo que hace posible My Uniform, es que en 2030, un periódico incluyera este titular: My Uniform, empresa pionera en el sector de la uniformidad, consigue el 100% de la circularidad.

Para ello trabajamos cada día.

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